Allí en el lugar histórico donde sólo había señales de no estacionarse en la puerta, un artista plástico de la UNSJ realizó una suerte de inversión del signo. Se trata de una intervención realizada en una de las columnas del pórtico del edificio de la ex Legislatura Provincial, donde funcionó un centro clandestino de detención de la última dictadura cívico militar.
Por Fabián Rojas
La zona del Estadio Cubierto Aldo Cantoni en San Juan es puro deporte. Ómnibus encargados del transporte de equipos de clubes y selecciones estacionados por calles Urquiza o San Luis. Planteles locales, nacionales, internacionales. Y también, circuito de salud física de la gente de a pie. Estampas diarias de hombres y mujeres trotando o caminando por la zona, que van y vuelven del Parque de Mayo, botellitas de agua en mano.
Y, tal vez, la conciencia de estar pasando por un templo de competencias históricas. La Copa Davis; rugientes noches de vóley y de box; finales vibrantes de hockey local y argentino. Y, a lo lejos, un hito: el Mundial de Hockey de 1978, con Argentina levantando la Copa del Mundo, ahí mismo, en el Cantoni. Tiempos en que la Argentina era demasiado receptiva de competencias internacionales, como para hacer ver al mundo que el país era “derecho y humano”. Curiosidades de estas pampas, en ese mismo año, el estadio de River Plate de Buenos Aires era el principal escenario de otro Mundial, pero de fútbol, y Argentina también alzaba la Copa allí. Simetrías de hechos en tiempos oscuros. Luces y sombras juntas en diferentes sitios. Deporte y clandestinidad muy cerca, pero en diferentes ciudades: mientras se disputaban partidos en River, a pocas cuadras de allí, en la ESMA, la dictadura cívico militar torturaba personas. En San Juan, a escasos metros de ese templo del deporte, operaba, al menos en los primeros momentos del terrorismo de Estado iniciado en el país en 1976, un centro clandestino de detención. Era en la Legislatura Provincial, que funcionó allí, sobre calle Urquiza entre 25 de Mayo y San Luis, entre 1946 y 1984.
La Ley Nacional 26.691, promulgada en 2011, declara Sitios de Memoria del Terrorismo de Estado a los lugares que funcionaron como centros clandestinos de represión ilegal. Por eso, por la memoria, Miguel Ángel Báez (27), estudiante avanzado de la Licenciatura en Artes Visuales de la UNSJ, decidió crear una obra, intervenir el espacio, para recordar “a la sociedad, a los transeúntes” –dice- que pasan por Urquiza, por la puerta del viejo edificio legislativo, a un costado del Estadio Cantoni. Lo hizo a partir de un proyecto para su Beca de Investigación y Creación otorgada por el CICITCA (Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas y de Creación Artística) de la UNSJ. “La idea fue trabajar con el lugar y señalarlo. Este sitio cuenta con una placa al costado, pero no está muy visible”, señala. Esa placa se encuentra en la parte interior del predio histórico, detrás de la reja de la vereda, y fue instalada en 2013 por diversas instituciones, a 37 años del golpe de Estado de 1976. “Este edificio, donde funcionó la Legislatura de la Provincia de San Juan entre 1946 y 1984, fue utilizado como centro de detención ilegal durante los días posteriores al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, en el marco del plan sistemático de terror y exterminio ejecutado por la última dictadura cívico militar (1976 – 1983)”, se lee en el recordatorio.
Sustitución de mensaje
La obra consiste en la sustitución de un mensaje por otro. En una de las columnas de entrada al ex edificio legislativo hasta hace días podía leerse, en pintura ya erosionada: “ENTRADA Y SALIDA DE VEHÍCULOS DE LUNES A DOMINGO. PROHIBIDO ESTACIONAR. LEY 24.449”. “Cuando vi ese cartel, dije ‘bueno, aquí está el foco, vamos a trabajar en esto’. Entonces pensé en cambiar las palabras del cartel”, explica Báez. Así, en el mismo espacio, en una superficie de idénticas dimensiones al cartel anterior y con mismos colores y tipografía, el artista corrigió el cartel: “ENTRADA Y SALIDA DE PERSONAS DE 1976 A 1983. PROHIBIDO OLVIDAR. LEY 25.633. ART. 1”. Esa Ley 25.633 fue sancionada en 2002 y es la que instituye el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Y su Artículo 1º dice que se instituye ese día “en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976”. Otro cambio en el mensaje fue la modificación del signo “Prohibido estacionar” por otro que en lugar de la “E”, dentro del círculo rojo con la barra atravesada, lleva una gorra militar, signo de la represión ilegal.
El material de la obra es vinilo y se trata de un cartel pintado y pegado sobre el anterior. “Tomé una fotografía del cartel original. Lo trabajé mediante programas y la idea fue que quedara bien mimetizado para que aparente ser una pintura como el cartel que estaba en esa columna”, cuenta Miguel Báez. El anhelo del artista y de todo ciudadano consciente del pasado no tan lejano del país es que la obra perdure en el lugar. Que esa intervención quede allí, en medio de la vitalidad irradiada por el deporte y de la intensa vida ciudadana de la zona. Que se erija como un ícono más del paisaje esa obra simple y contundente que exhorta: “Prohibido olvidar”. Después de todo, como el deporte, esa prohibición es saludable.