San Juan atraviesa una de las peores crisis hídricas de su historia. La escasez de nieve en la alta cordillera, el cambio climático, la necesidad de consumo humano y riego agrícola siguen encendiendo las alarmas de organismos y gobiernos provinciales y nacionales. La UNSJ también observa con preocupación la situación y avanza con investigaciones referidas a la temática hídrica. En esta entrega, desde Revista la U se abordan algunos aspectos concretos, aunque, claro está, hay otras miradas y estudios que también abundan en la materia.
Por Carlos Barros
En esta ocasión, se propone una observación desde la perspectiva de investigadores y docentes de la UNSJ que dan cuenta de la preocupante situación que atraviesa la provincia ante la escasez del principal recurso para consumo y riego, no sólo a nivel superficial, sino de la hidrogeología subterránea y de humedales altoandinos.
Desde el Instituto de Materiales y Suelos (IMS) de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, el subdirector Dr. Adolfo Castro, licenciado en geofísica por esta Universidad y doctor en Hidrogeología por la Universidad Politécnica de Cataluña, viene trabajando hace años en aguas subterráneas, en medios de baja permeabilidad referido a la hidrogeología de rocas de montaña, de medios fracturados, relacionado con obras civiles que afectan los recursos que se encuentran en los valles intermontanos de la provincia.
Revista la U consultó al docente y especialista acerca de la crisis hídrica que viene sufriendo la provincia de San Juan, desde una perspectiva del manejo del recurso desde sus nacimientos en las vegas de los altos valles andinos y el proceso de uso de aguas subterráneas.
El investigador señala que “en estos momentos estamos trabajando con un convenio que tenemos con el CONICET de Mendoza, del cual ha salido una publicación y ya está aceptada referida a Humedales altoandinos, es decir, estamos tratando de mirar, observar y hacer nuestro aporte desde ese enfoque, de cómo están siendo afectados nuestros humedales, por distintos motivos”.
Castro, docente de Mecánica de Suelos y de Rocas en Ingeniería, además dicta Interacción de las aguas subterráneas con túneles en un posgrado de la Escuela de Ingeniería de Caminos de Montaña (FI – UNSJ), explicó: “Siempre ha habido fluctuaciones muy grandes en la disponibilidad del recurso, es algo histórico. Muchos recordarán que, por ejemplo, el Médano se solía inundar y ya no; probablemente por el control hidráulico ejercido por los diques, por las obras que se hicieron; probablemente también por la explotación de aguas subterráneas y, además, seguramente, por otras variables. Normalmente la naturaleza está caracterizada por grandes ciclos de disponibilidad y no disponibilidad del recurso. Entonces tenemos las sequías históricas, que se superponen a los ciclos de verano-invierno, influidas también por el fenómeno del Niño o La Niña, por ejemplo, entre otros temas. Ni hablar el tema de la falta de frío en épocas en las que debería hacer frío, que también es sumamente preocupante”.
El cambio climático
“Lo que está sucediendo en este momento, que habría que complementarlo con otros estudios más específicos por supuesto, es que, en definitiva, la escasez de agua y nieve se deben a la aceleración del cambio climático o imprevisibilidad del clima, que no es otra cosa que el calentamiento global, que se dejó de denominar así, por moda o por lo que fuere, pero no es otra cosa que el cambio climático. Es un indicativo que la dinámica atmosférica ha cambiado absolutamente producto del calentamiento. Esto tiene que ver directamente con la disponibilidad de nieve, en qué época se derrite. Esa nieve eventualmente circula por el río, se infiltra en las napas en las unidades hidrogeológicas, conformando la disponibilidad del recurso subterráneo que tenemos, para disponer para consumo, para riego y para otras cosas”.
El docente e investigador afirma que hay indicadores claros de que se ha reducido la cantidad del recurso. “Hay estudios y personas que pueden dar mayor precisión respecto de dimensionar el recurso y los caudales, pero sí podemos decir que hay indicadores como por ejemplo los manantiales secos y los ríos secos, que venían siendo alimentados por los acuíferos, por los que ya no corre agua. Es decir que el nivel de agua subterránea también bajó. Si esto bajó es porque previamente disminuyó la provisión. Es lo que los hidrogeólogos llamamos ‘recarga’. Eso ha disminuido. Quiere decir que se puede haber sobreexplotado el recurso quizás, por un lado, pero, en definitiva, el tema de fondo es el cambio climático global, que se viene produciendo en los últimos 40 años”.
Buscando una sinergia
Adolfo Castro plantea una línea de trabajo a futuro como perspectiva: “Es necesario que tanto desde nuestra Universidad como de otros organismos como el Instituto Nacional del Agua (INA) en el cual también hay profesionales de la UNSJ trabajando muy bien, junto a los Gobiernos provincial y nacional, podamos escucharnos y hacer una sinergia para finalmente evaluar qué es lo que está pasando con el recurso. Si los niveles están bajando y en qué lugares. De dónde se puede extraer y seguir obteniendo de manera sustentable y en dónde no. Hacer un gran mapa a nivel regional de cuál es la situación de los acuíferos en todos nuestros valles cordilleranos. Hacer una evaluación y un seguimiento serio de cómo es la recarga de acuíferos; hasta qué punto podemos extraer sin dañar y hasta qué punto buscar fuentes nuevas. De hecho, todos queremos y necesitamos que la agricultura continúe, que la tasa de crecimiento poblacional sea estable, que el aprovechamiento del recurso sea consciente y sostenible”.
Humedales altoandinos
El proyecto de humedales altoandinos que se trabaja en el IMS, junto al CONICET, aborda las variaciones de ciclo que se generan desde ciertos fenómenos climáticos -como podría ser el fenómeno del Niño y de La Niña-, ya que anteriormente se generaban cada cuatro o cinco años y ahora están en orden de los dos años o dos años y medio. Concretamente, se estudia de qué manera afectan los humedales altoandinos esas variables fenomenológicas.
Explica Castro que “los humedales altoandinos son las denominadas vegas, que son los sitios con mayor biodiversidad de los Andes y albergan especies endémicas de flora y hábitats clave para la fauna; esos humedales son ecosistemas que contienen agua, pasturas, que permiten que haya animales y aptas condiciones de vida silvestre. Bueno, la falta del recurso hídrico está generando que esos animales deban subir a mayor altura buscando agua, o mejor caudal de agua. Se observa la presencia o no del recurso, o si está definitivamente en peligro por falta del mismo”.
El proyecto de investigación, apunta, “se desarrolla en nuestra provincia y también en algunas zonas de la provincia de Mendoza”.
Imagen de portada: gentileza de Belén Ceballos.
“Nieva muy poco y no se acumula hielo duradero”
Desde el Instituto de Investigaciones Hidráulicas de la UNSJ, el Ing. Néstor Buscemi señala la situación hídrica complicada en San Juan, y la compara con fenómenos históricos.
El ingeniero Néstor Buscemi, del Instituto de Investigaciones Hidráulicas (IDIH) de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, a cargo de la cátedra de Obras Hidráulicas y Portuarias, docente e investigador con 30 años de experiencia en modelos físicos y obras hidráulicas, afirma: “Yo recuerdo una gran crisis que fue la de los años 66, 67 y 68, en los que hubo registros muy bajos de caudales. Los regantes tenían grandes disputas por el uso del agua. De ahí nace la idea de crear la batería de pozos de Zonda, ahora ubicada en el Parque Sarmiento. Se hicieron unas 100 perforaciones, se las equipó y se comenzó a sacar agua del acuífero, que, por cierto, era de muy buena calidad. Esa agua se mandaba por lo que ahora es el dique Soldano, el estero de Zonda y desembocaba en el canal matriz. Todavía existe esta obra. Eso sirvió para paliar la situación en aquellos años”.
Buscemi explica que “si uno se pone a verificar las series históricas del Río San Juan, que tenemos registros desde el año 1909, observamos que estamos viviendo en una situación similar y muy complicada. No nieva en la Cordillera o nieva muy poco. La isoterma de cero grados está muy alta y con los vientos y la temperatura desaparece muy rápido. No se acumula, por lo tanto, no se genera hielo duradero, porque nosotros tenemos un régimen principalmente nival”.
Para el docente e investigador el problema es global. “Usted mira algunos países de Europa y hay incendios, sequías, altas temperaturas. Si miramos acá cerca, también. Lo que está sucediendo con el Paraná es lamentable. El río está seco. No pueden ingresar los buques a Santa Fe, Rosario, para sacar los granos. Eso obliga a usar el transporte terrestre, por ejemplo. Eso representa unos 20 mil millones de dólares en exportaciones. Las pistas de esquí están cerradas muchas de ellas, salvo bien al sur del país. Es muy difícil la situación”.
Lograr acuerdos para el uso racional del agua
Buscemi sostiene que, si uno analiza los datos desde 1909, se observan las variaciones promedio de caudal, que se denominan “módulo del río”. “Suele ser ese promedio de alrededor de 60 metros cúbicos, pero hoy tenemos 18 o 19 metros. No alcanza para regar. Nuestros embalses, Caracoles, Ullum, Punta Negra contienen aproximadamente unos 1.400 hectómetros cúbicos de capacidad, entre los tres. El Dique Caracoles está prácticamente vacío. Punta Negra está muy bajo. Algo similar sucede con el Ullum, y eso que estamos en tiempo de monda”.
“Lo mismo nos pasa en la cuenca Norte, que es el Río Blanco, con La Palca; y de Cuesta del Viento aguas abajo es el Río Jáchal. Es una crisis terrible. Nosotros medimos mensualmente el Río Jáchal; en realidad medimos el Río La Palca y el Blanco. Los valores que hemos obtenido este mes, concretamente el día 7, no llegan a los 3,5 metros cúbicos por segundo entre ambos ríos. Es verdad que hay menos hectáreas bajo riego. A eso hay que sumar que Cuesta del Viento está muy bajo también. Entonces no hay capacidad. Ese río abastece más que nada a Jáchal. No es lo mismo en Iglesia, que tiene varios ríos chicos, con menor superficie bajo riego además”.
Finalmente, el ingeniero Buscemi afirma que “es bastante desalentador el panorama. El jueves pasado estuvimos en la cuenca del Río San Juan, en el límite con Chile, y se percibe la ausencia de nieve. Seguimos esperando las nevadas. Una de las ideas es reflotar algunas perforaciones del Parque Sarmiento. Se está hablando de unas 30 perforaciones. Eso equivale a unos 3 o 4 metros cúbicos por segundo. Es necesario evaluar bien el tema, analizar costos, necesidades, explotación del acuífero, todo en su conjunto. Mejorar la producción, la distribución. Gobierno, regantes, organismos y universidad debemos ponernos de acuerdo”.