Revista La U

Género y ambiente: miradas necesarias en el desarrollo local

Alejandra Lucero, flamante doctora en Ciencias Sociales de la UNSJ, centró su tesis en el Plan Estratégico de Desarrollo Local del departamento Iglesia mediante una perspectiva de ecofeminismo situado. “Los ecofeminismos invitan a pensar cómo operan ciertos mecanismos de poder en el sistema capitalista y patriarcal no sólo en las relaciones de género sino también con el ambiente”, fundamenta. Pero también dice que es preciso repensar las estrategias planteadas desde colectivos feministas de manera tal de respetar las tradiciones locales sin que ello implique reforzar desigualdades.

Por Fabián Rojas

Alejandra Lucero narra que, en líneas generales, el ecofeminismo –enfoque de análisis de la realidad y movimiento social y político surgido en los años 70, pero cada vez más presente en la actualidad- invita a pensar cómo operan mecanismos de poder en el sistema capitalista y patriarcal no sólo en las relaciones de género sino también con el ambiente. El tema de su tesis de Doctorado en Ciencias Sociales fue la aplicación de ese concepto ecofeminista al Plan Estratégico de Desarrollo Local del departamento sanjuanino de Iglesia. «Si bien hablamos de una propuesta que viene siendo trabajada hace más de 40 años, diría que es emergente en tanto, en mi experiencia, poco se conoce sobre esta perspectiva crítica. Hace muy poco Naciones Unidas comenzó a poner el foco en el ecofeminismo y ha comenzado a hacer algunas revisiones y propuestas», define la investigadora de la UNSJ.  

Como dice la geógrafa Mabel Manzanal, de la Universidad de Buenos Aires, el territorio es la variable que sintetiza la diversidad social, económica y política del desarrollo. Y ahí está el punto: Alejandra Lucero parte del hecho de que San Juan tiene una cultura conservadora y patriarcal, algo que se acentúa en territorios de departamentos más alejados, entre un mundo rural y una cultura tradicional. Terreno, entonces, para que florezca una visión ecofeminista. “La comunidad de Iglesia tiene una cultura que manifiesta una clara división tradicional respecto a los roles de género y una forma de vida que debe entenderse desde su propia dinámica local”, apunta Lucero.

Su trabajo se basa en el Plan Estratégico de Iglesia diseñado por el CoPESJ (Consejo para la Planificación Estratégica de la Provincia de San Juan). En ese marco sitúa el ecofeminismo, lo cual plantea como eje central “ponerse en situación”. “Implica comprender las dinámicas territoriales locales, ser respetuoso/a de esas dinámicas, a la vez que cuestionar ciertos mecanismos de poder. Implica también tener en cuenta el carácter temporal de esos análisis y propuestas, en tanto lo que hoy podemos considerar válido, puede no serlo en el futuro”, señala.

Dra. Alejandra Lucero: «Ecofeminismo situado plantea como eje central ponerse en situación. Por lo tanto, implica comprender las dinámicas territoriales locales, ser respetuoso/a de esas dinámicas, a la vez que cuestionar ciertos mecanismos de poder».

No sólo es el crecimiento capitalista
La investigación de Alejandra Lucero, que egresó en 2012 de la UNSJ como Licenciada en Trabajo Social y que luego realizó una Maestría en Cooperación al Desarrollo, le indica un desafío: comprender la idiosincrasia y las formas de vida locales en conjunto con una planificación que sea firme en el cuestionamiento de estructuras de poder. Y que no asocie el desarrollo local “sólo con el crecimiento económico capitalista, sino que considere las dinámicas de poder asociadas a este tipo de desarrollo y lo perverso que puede resultar, aun cuando ese crecimiento sea una demanda local”, remarca.

Principios
En su tesis busca reflexionar a través de corrientes ecofeministas e identificar elementos clave para la construcción e implementación de políticas públicas que respondan a demandas de grupos locales. Lo hace a través de nueve principios:

• Explicitar los modelos de desarrollo que subyacen a los procesos de planificación y evaluación como primer paso para pensar en propuestas emancipadoras.

• Considerar la multiplicidad de dimensiones (territorial-espacial, económica, sociodemográfica, ambiental, corporal, política) de manera relacional, con influencia mutua y atravesadas por patrones de género específicos

• Reconocer e identificar la manera en que operan las desigualdades en cada dimensión de abordaje (social, económica, ambiental, espacial-territorial, política) y su influencia en la planificación y evaluación de intervenciones para el desarrollo

• Una intervención precisa develar las lógicas de género subyacentes en las dinámicas territoriales actuales y su posible tendencia a futuro

• Los procesos de planificación y evaluación deben reconocer la influencia de diversos/as actores y el impacto diferencial en cada dimensión de abordaje. Deben considerar procesos participativos que procuren dar voz a quienes pudieran resultar más desfavorecidos/as según sea la dimensión de abordaje central

• Los objetivos de intervención y de evaluación deben considerar las realidades de género locales y procurar que el uso de los bienes naturales sea equitativo.

• Las propuestas de intervención deben ser analizadas críticamente en función de sus aportes a la sustentabilidad y en su relación con el impacto de género.

• Reconocer la interdependencia entre lo global y lo local y su influencia en las dimensiones de abordaje con especial consideración de los impactos sobre aquellos seres más desfavorecidos.

• Reconocer las tensiones de género como producto de valorizaciones diferentes que responden a contextos diferentes implica una mirada de lo local situada y respetuosa. El ecofeminismo situado implica, como punto de partida, considerar que para diferentes realidades territoriales necesitamos diferentes respuestas de género.

Sin retrocesos
Alejandra Lucero examina y trabaja así sobre dos ejes centrales: el género y el medioambiente, cuestiones invisibilizadas durante mucho tiempo y que hoy son clave para todas las sociedades en el reconocimiento y ampliación de derechos, nunca en el retroceso.  Sostiene lo insoslayable de identificar y diferenciar lo local de lo externo, “en un mundo fuertemente globalizado y bajo un sistema capitalista que cala hondo en cada rincón del planeta”, dice. Por eso subraya lo crucial de crear conciencia respecto a las riquezas locales. Y agrega que es preciso repensar las estrategias planteadas desde los colectivos feministas de manera tal de respetar las tradiciones locales sin que ello implique el reforzamiento de las subordinaciones y desigualdades. «Esto es lo que resumo en los nueve principios propuestos», cierra la investigadora.

Imagen de portada: Región Programática JICVF – PEOT – Plan Estratégico de Ordenamiento Territorial – Provincia de San Juan. Primer documento técnico para la puesta en consideración de la comunidad – 2018  (Gobierno de San Juan y Universidad Nacional de San Juan)

«Los cuestionamientos en el ecofeminismo son analizados abordando las bases estructurales económicas, filosóficas, relacionales que subyacen a las relaciones humanas de opresión. Desde este enfoque se cuestiona aquellos aspectos básicos del imaginario colectivo vinculados a la modernidad, razón, ciencia y productividad. Se resalta que la sostenibilidad del planeta es incompatible con esas relaciones de dominio, opresión y apropiación y consideran imperioso un cambio de paradigma que coloque en el centro la vida y no al mercado» (Alejandra Lucero).

 

Desde Valencia

La tesis doctoral de María Alejandra Lucero Manzano se titula “La planificación del Desarrollo Territorial y el Género: ¿estrategias para la igualdad? El caso del Plan Estratégico de Desarrollo Local de Iglesia, San Juan, Argentina, analizado desde el ecofeminismo situado”. La defendió el pasado 22 de junio, desde Valencia, España. Fue presentada en el marco del Doctorado en Ciencias Sociales del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) de la UNSJ. Lucero contó con una beca doctoral de CONICET y fue dirigida por los doctores Esteban Tapella y Pablo Rodríguez-Bilella. La investigadora continúa vinculada al PETAS (Programa de Estudios del Trabajo, el Ambiente y la Sociedad) de la FACSO – UNSJ. “Espero trabajar desde aquí con las propuestas que surjan. Estoy acostumbrada al trabajo virtual, con equipos desde diferentes latitudes, así que no se limitará a España mi trabajo”, le comentó Alejandra a Revista la U. Se encuentra en España con su esposo e hijo desde mayo pasado.

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