El proyecto “Bitácoras Universitarias” de la Asociación Civil Jóvenes por una Agenda Sostenible fue seleccionado para su financiamiento a finales de 2021 por parte de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. Hoy se encuentra suspendido. «La voluntad y predisposición de las y los estudiantes a participar en las actividades propuestas, opinando sobre temáticas de su interés, fueron elementos protagónicos en la construcción de estos espacios», dicen autor y autora del texto.
Escriben Matías Germán Rodríguez Romero (*) y Ana María Pereyra Rivas (**)
El proyecto “Bitácoras Universitarias” de la Asociación Civil Jóvenes por una Agenda Sostenible (P.J.: 3322) fue seleccionado a finales de 2021 para su financiamiento por parte de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, para su ejecución en la Universidad Nacional de San Juan. El proyecto tuvo una extensión de poco menos de un año, iniciando en marzo del año 2022 y culminando en diciembre del mismo, con más de diecisiete talleres ejecutados en los colegios preuniversitarios y más de una docena de intervenciones para Universitarios.
El factor común que encontramos en todas y cada una de las intervenciones fue una notoria necesidad de espacios para la libre expresión de los jóvenes. La voluntad y predisposición de las y los estudiantes a participar en las actividades propuestas, opinando sobre temáticas de su interés, fueron elementos protagónicos en la construcción de estos espacios.
El objetivo de este trabajo es ilustrar algunos de los descubrimientos que los talleres nos han presentado y debatir el significado de los mismos, a la vez que hacer un balance del proyecto en general, pensando en sus potenciales aplicaciones a futuro como proyecto creativo y de expresión.
Un poco de historia
Bitácoras nació en el año 2020, originalmente concebido como un proyecto para su dictado presencial y que pensara “la analogía de la escritura y la lectura como un viaje”, en búsqueda de promover en los espacios de lengua y literatura de los secundarios la libertad de expresión y de facilitar un lugar seguro para la expresión para sus participantes.
Sin embargo, la coyuntura global de la pandemia marginó la posibilidad de realizarlo en las escuelas como originalmente había sido planificado, y el proyecto entró en un limbo durante el comienzo del ASPO. Finalmente, como tantas otras actividades durante aquella época, los componentes esenciales del proyecto se repensaron para modalidad virtual.
Con la ayuda de un abanico de herramientas como Google Forms, grupos en redes sociales como Facebook y Whatsapp y mucha voluntad de participantes, voluntarios y facilitadores, sacamos adelante el proyecto. El proceso culminó con la realización de una antología para aquellos chicos y chicas que nos acompañaron hasta el final. La antología, que se publicó en el 2020, fue la mejor traducción de la idea originaria de Bitácoras y dio origen a la Convocatoria, realizada durante todo el 2020, con relatos de jóvenes del país y de la provincia, que expresaron sus realidades, miedos e inseguridades, bajo un disparador que terminaría siendo la base del trabajo del futuro: los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son 17 objetivos globales interconectados, diseñados para ser un “plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos” (ONU, 2017), y constituyen el objeto social de la Asociación Civil Jóvenes por la Agenda Sostenible, quienes gestionamos este proyecto. La idea original del Proyecto fue plantear una posibilidad de expresión juvenil con estos disparadores, y con la premisa de consultar a los jóvenes que pensaban de las temáticas y que esperaban que valía la pena hacer para construir un mundo mejor. Como resultado, la segunda antología del Proyecto, publicada en el 2021, pero también, el germen de lo que se volvería más adelante en Bitácoras Universitarias.
Bitácoras Universitarias
Bitácoras Universitarias fue la última aventura de la Asociación Civil Jóvenes por la Agenda Sostenible (JAS). Se trata de un proyecto destinado a los jóvenes preuniversitarios y universitarios de la provincia, orientado a la promoción de la libertad de expresión a través de la escritura. Su objetivo principal era presentar la escritura y literatura como una herramienta clave para el desarrollo de la creatividad y el pensamiento crítico. Bitácoras busca motivar a los jóvenes a la escritura mediante el uso de variados recursos artísticos, culturales y dinámicos, a la vez que se potencia la producción literaria local.
Bitácoras Universitarias se concibió como un proyecto con dos instancias. En primer lugar, un ciclo de talleres y capacitaciones sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y técnicas de escritura, a ejecutarse en los Colegios Preuniversitarios y en las distintas facultades dependientes de la UNSJ. En segundo lugar, una Convocatoria abierta que recopila textos cortos, con el objetivo de publicar un libro orientado a promover los ODS a través de la perspectiva joven.
«No hubo más convocatorias de extensión y verdaderamente es un proyecto costosisimo, más por que lo más valioso es la impresión de la antología en papel. Aunque, bueno, siempre estamos a la espera. Algo nuevo se va a venir pronto» (Matías Germán Rodríguez)
El ciclo de talleres consistía en intervenciones que no durasen más de una hora, buscando que los mismos permitieran instalar el debate de las temáticas, culminando la intervención con una invitación a participar de la antología. Para ello, los talleres se pensaron divididos en dos partes: una trivia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en equipos; y una segunda parte de creación artística, con disparadores. La primera parte buscaba familiarizar a los participantes con los ODS, mientras que la segunda directamente los presentaba como disparadores posibles para construir historias.
Resultados
A lo largo de los talleres en preuniversitarios notamos una vehemente participación en las dinámicas, tanto en las competencias incluidas en la primera dinámica, como en los espacios para debates de opinión propuestos sobre los distintos ODS. Notamos una voluntad activa de participación una vez los estudiantes eran consultados de sus posturas a través de los disparadores. Fueron muchos los estudiantes que se animaron a comentar sus acciones positivas en torno al medio ambiente (ODS 13, 14 y 15), o nos hicieron llegar sus reflexiones en torno a la educación (ODS 4) o que directamente relacionaban el contenido de los ODS con el contenido de las clases. Sin embargo, fue en la segunda dinámica donde notamos más esta tesis que mantuvimos durante la ideación del proyecto. Los chicos tendían a dos tipos de historias: historias cómicas o historias con moralejas.
Las primeras, tenían una intencionalidad de hacer reír al curso y/o a los organizadores. De estas nos hemos llevado varias perlitas, como historias que incluyeran personajes de la cultura popular como Messi o Maradona, personajes que directamente eran paralelismos de algunos docentes o algunas realidades del curso, o directamente absurdismo puro. De estas, apuntábamos a concluir sobre la facilidad de construir historias con pocos recursos, premiando la creatividad en las mismas
Las segundas, por otra parte, eran aquellas que tenían como finalidad una moraleja. Abundaban las historias de tinte apocalíptico, y las narrativas que incluyen a personas viajando en el tiempo para impedir un desastre: medioambiental, nuclear o bélico. Sin embargo, primaba en la mayor cantidad de casos una visión optimista de la realidad, una creencia vivida de que estamos a tiempo de cambiar las realidades. De ellas, apostamos a las acciones positivas de los participantes, promocionando las mismas o impulsándolos a tomar acción por estos fines. Fue en estos contextos, donde recuperamos una docena de historias de vida valiosísimas que impulsamos a poner en textos.
Por otro lado, en las universidades el contexto era otro, y las conclusiones también lo eran. Los universitarios oscilaban desde el nihilismo puro al optimismo inocente, pasando por la ignorancia de las temáticas planteadas. La voluntad de participar era, en primer lugar, por querer competir con sus compañeros o amigos, pero una vez incluidos en el juego, los disparadores funcionaban para motivarlos a conocer cada vez más sobre las situaciones que la trivia planteaba.
Son estos mismos planteos los que vemos una vez pasado al análisis de textos compuestos, tanto los que se componen en la misma dinámica de los talleres, como aquellos otros que fueron enviados para su publicación en la antología. Dentro de estos, encontramos en general dos nociones que atraviesan la materia de nuestro trabajo en Bitácoras: la autoexpresión y la autoficción.
Autoexpresión y Autoficción
La autoexpresión puede definirse como el acto de expresar los verdaderos pensamientos, sentimientos y emociones de uno. La autoexpresión proporciona una forma segura para que los jóvenes exploren sus pensamientos y sentimientos. También puede ayudar a los jóvenes a desarrollar un sentido de sí mismos y límites. Se trata de una actividad que permite a las personas crear su propio trabajo artístico. Se puede hacer de muchas maneras diferentes, como a través de la escritura o el dibujo. A través del acto de autoexpresión, una persona puede decir cosas que quizás no pueda decir con palabras. Por ejemplo, si una persona ha experimentado un trauma en su vida, puede que le resulte difícil encontrar las palabras para expresarse. La autoexpresión también puede tener beneficios para la salud mental y emocional de una persona.
La autoficción, por otra parte, es un término más bien nuevo. Fue acuñado por el crítico Serge Doubrovsky en 1977, y podría definirse como un tipo de acción en el que los hechos relatados por los autores son, en principio, verídicos, siendo solo modificados nombres, localizaciones u otros elementos para no transparentar directamente a aquellos responsables de las obras. La autoficción no es un género literario en sí mismo sino una forma de escribir y por regla es el tipo del texto al que suelen gravitar las personas en sus primeras incursiones en la narrativa: escriben lo que viven.
En gran medida, son ambos conceptos aquellos a los que apuntamos con las dinámicas propuestas tanto en los talleres como en la convocatoria. Nuestra propuesta era simple, corrernos de la visión paternalista de ¿qué podés hacer por…?, una visión que consideramos sesgada y que, en muchas ocasiones, proscribe la posibilidad de que nazcan propuestas por parte de los estudiantes.
Por ellos, pensamos en un ¿qué estás haciendo? buscando que las y los estudiantes, privilegien las historias reales y cercanas a ellos, y aquellas actividades que ya realizan en su vida cotidiana, para aportar a las temáticas que estábamos interesados en plantear. Los mismos chicos tuvieron voluntad de conectarse a estas finalidades y fueron estos mismos disparadores los que surgieron en los talleres, en las intervenciones, en los textos de la convocatoria y que terminan siendo el leitmotiv del proyecto.
Responder a una necesidad de expresión
Creemos que Bitácoras Universitarias, en mayor o menor medida, termina por transparentar una necesidad de expresión y de comunicación que existe entre los jóvenes de hoy en día, tanto universitarios como preuniversitarios. Creemos, asimismo, que el resultado del proyecto es también haber podido, al menos en parte, haber respondido a esa necesidad, promoviendo una actividad creativa en respuesta a la problemática; pero que sabemos sólo una de tantas posibles con esta finalidad.
La propuesta ha conseguido los objetivos que se propuso desde su origen, yendo más allá que una propuesta generadora de espacios de expresión. Se ha vuelto espacio de socialización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y un impulso al activismo juvenil; se ha vuelto una ventana a nuevas voces y referentes, tantos de la escritura como de otras artes; y se ha reconocido como un impulso a la escritura y literatura local. Esto es algo que nos propusimos como objetivo dentro del proyecto, y que esperamos ver concretado con la publicación de nuestra antología.
Aunque en su etapa de cierre, esta oportunidad de realizar una suerte de autopsia del proyecto, nos permite ilustrar la verdadera necesidad y demanda que existe de una propuesta creativa y de expresión. Un lugar seguro, donde las y los jóvenes puedan plantear las problemáticas que tienen en su día a día, pero también aquellas problemáticas sociales que los atraviesan; y un lugar donde solicitar y exhortar los cambios necesarios que hacen falta en pos de esa finalidad.