
Imagen: Sol Rodríguez
El humo tóxico de aquel fuego mega femicida que devoró la vida de 150 mujeres luchadoras contra la explotación laboral en Nueva York, en la primera parte del siglo XX, no ha cesado hasta el presente. En otro 8M, mujeres de la Universidad Nacional de San Juan hablan de carencia de derechos. La lucha sigue sin romanticismos y la belleza es la de esa lucha. La marcha en San Juan es este sábado 8 de marzo a las 18 desde la Plaza 25 de Mayo de Capital.
Por Fabián Rojas
Se sabe, no es una fecha de celebración. Es un día de conmemoración y, esa fecha, 8 de marzo, viene a operar como un refuerzo de visibilizaciones de lo que hay: desigualdad de derechos o, directamente, ausencia de ellos. Respecto de la fecha, hubo un oscuro hecho crucial que no fue el 8 de marzo sino el 25 de marzo de 1911, cuando unas 150 empleadas de una fábrica textil en Nueva York murieron incineradas y asfixiadas, porque sus patrones trababan las puertas en horario de trabajo. Las mujeres habían estado reclamando por mejores condiciones laborales y se dice que el incendio fue intencional. A partir de allí, luego de manifestaciones diversas por el mundo denunciando todo tipo de explotaciones y desigualdades, finalmente fue fijado por Naciones Unidas el 8 de Marzo como el Día Internacional de la Mujer.
El humo tóxico de aquel fuego de ese mega femicidio sigue como una nube negra sobre los derechos, aunque haya habido conquistas en el devenir. Y en Argentina, en esta Argentina actual, una lluvia densa al fin se ha descolgado de esa nube. Y hasta el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades se ha hundido. Como dice Edith Liquitay, del Gremio docente ADICUS y profesora de la UNSJ, en su texto en esta Revista “Decimos nuevamente ‘no queremos flores, queremos que se cumplan nuestros derechos’”, “las reivindicaciones del 8M se dan en “un contexto donde el gobierno nacional misógino desde sus discursos y acciones habilita la violencia, la intolerancia y los enfrentamientos”.

Según el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano” que dirige La Casa del Encuentro, en lo que va del año hubo 55 femicidios en el país.
Mujeres en la Universidad
Cinthia de Luca, presidenta de la Federación Universitaria de San Juan, subraya las necesidades de las mujeres trabajadoras y con familiares o hijos/as a cargo en la Universidad. “Hay una gran cantidad de mujeres estudiantes que trabajan y que además tienen tareas de cuidado. La UNSJ y todas las universidades deben hacer hincapié en abordar estos temas. Qué bueno sería que los espacios de lactancia estuviesen abiertos el tiempo que la universidad está abierta, que no haya que ir a pedir una llave para que el espacio pueda utilizarse; o por qué no pensar en jardines maternales que puedan utilizar las mamás con niños. Hay situaciones que sí se han abordado, en las que sí ha habido un progreso en la UNSJ, pero aún falta”.

Igualdad en el trabajo
Fluye insistentemente también el tema de la precariedad laboral. Laura Quiroga, prosecretaria Gremial y coordinadora de la Comisión de Mujeres, Género y Diversidad del gremio Asociación Personal de la Universidad Nacional de San Juan (APUNSJ), enfatiza que “no hay igualdad salarial; también falta que las mujeres lideren, que tengan puestos importantes e intervengan en la toma de decisiones, sean políticas y en cualquier ámbito”.
Por el lado del Gremio docente SIDUNSJ, su secretaria, Guadalupe Aguiar, no tiene dudas: “Es urgente visibilizar la precarización laboral de las mujeres, la brecha salarial y el ataque del gobierno de Milei a nuestros derechos”.
Elogio del sindicato
Las tres mujeres integrantes de los gremios aquí mencionados unen el sindicalismo con la lucha por los derechos. Laura Quiroga dice que “ahora que estructuras como el Ministerio de Mujeres han desaparecido, es importante que los sindicatos mantengamos estructuras acordes para luchar desde ahí por los derechos de las mujeres”. En ese sentido, en 2023 APUNSJ creó la Comisión de Mujeres, Género y Diversidad, coordinado por Laura Quiroga y Rocío Romero, para desarrollar y profundizar políticas de género y diversidad en esa sede gremial.
“La unidad de las mujeres en el sindicalismo es clave para fortalecer la lucha y para ocupar más espacios de decisión. Por eso nos organizamos mujeres de distintos espacios sindicales, sociales y políticos para marchar juntas este 8 de Marzo”, señala Guadalupe Aguiar.

Edith Liquitay dice: “Yo entiendo que el sindicato juega totalmente a favor. Ahora, las mujeres entendemos que no alcanza con formar parte de los sindicatos, sino que también tenemos que hacer conducción para poder poner en agenda los temas que nos afectan. El sindicalismo en Argentina ayuda a la conquista de derechos”.
Sin flores
Cinthia de Luca recuerda que el hecho de regalar una flor expresa una celebración, “pero la verdad es que el 8M es una fecha de memoria, de pedir justicia por las mujeres que fueron asesinadas o las que siguen sufriendo violencias en cualquiera de sus formas; es un día de reivindicación. De todas maneras, entendemos que quien regala una flor lo hace desde el cariño. Es que todavía quizás falta formación en estos temas”. Guadalupe Aguiar agrega que el 8 de Marzo “no es una fecha para celebrar, es una fecha de lucha para exigir igualdad salarial, condiciones laborales dignas para mujeres y disidencias y el fin de la violencia en el trabajo”.

Laura Quiroga cierra: “No se trata de regalarnos flores sino de regalarnos el reconocimiento como mujeres luchadoras, como mujeres que sostenemos estructuras familiares y laborales. Y es importante que no se sigan destruyendo las estructuras que sostienen a la mujer a nivel municipal, provincial y nacional”.