
Los autores de este texto dan cuenta de los proyectos en que trabajan, cristalizados en una propuesta para proteger el patrimonio educativo del departamento Rivadavia. Específicamente hablan de escuelas. Algunas de ellas llevan más de un siglo educando generaciones. «Son espacios donde se construye ciudadanía. Son edificios que no solo enseñan, sino que también cuentan historias”, dicen. Buscan diseñar una normativa municipal que permita declararlas bienes patrimoniales.
Por el arquitecto Ricardo F. Gómez y el abogado Diego A. Casú (*)
El presente artículo se enmarca dentro de 2(dos) proyectos de investigación financiados por la UNSJ y que
tienen interrelación entre sí; uno es el PDTS: Ciencia de datos como instrumento para la generación de
políticas públicas en la planificación y desarrollo urbano de gobiernos municipales.
El otro trabajo involucrado es el Proyecto Interno de Investigación: Modelo de normativa para
la declaratoria de un bien patrimonial en el marco de los ODS – Caso modelo escuelas
centenarias del municipio de Rivadavia
En el corazón del municipio de Rivadavia, algunas escuelas llevan más de un siglo educando generaciones. Son edificios que no solo enseñan, sino que también cuentan historias: de comunidad, de arquitectura, de identidad. Sin embargo, muchas de estas escuelas centenarias no cuentan con herramientas legales que garanticen su preservación. ¿Qué pasaría si desaparecieran? ¿Qué perderíamos como sociedad? Desde la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNSJ, un equipo interdisciplinario se propuso responder a esa pregunta con una propuesta concreta: diseñar una normativa municipal que permita declarar estas escuelas como bienes patrimoniales. El proyecto, desarrollado en el marco del Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat (IRPHA), articula saberes de la arquitectura, el derecho y la planificación territorial, y se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
¿Por qué proteger las escuelas centenarias?
Porque son mucho más que ladrillos. Son espacios donde se construye ciudadanía, donde se transmiten valores, donde se teje la memoria colectiva. En San Juan, tierra de Sarmiento, estas escuelas representan un legado educativo y arquitectónico que merece ser reconocido y cuidado.
Sin embargo, a nivel municipal no existen normativas específicas que permitan proteger estos bienes. Mientras algunas escuelas cuentan con reconocimiento nacional o provincial, muchas otras —igual de valiosas— quedan fuera del radar institucional. Esta desigualdad normativa impide acceder a fondos, planificar intervenciones adecuadas o simplemente visibilizar su valor.
Una metodología con mirada local
El proyecto se desarrolló en tres etapas. Primero, se identificaron y relevaron cinco escuelas centenarias de Rivadavia, fundadas entre 1904 y 1920. Luego, se aplicaron matrices de valoración patrimonial que consideraron aspectos históricos, sociales, arquitectónicos y simbólicos. Finalmente, se elaboró una propuesta de ordenanza municipal que incluye criterios técnicos, jurídicos y participativos.
Entre las herramientas utilizadas se destacan las fichas infográficas, los relevamientos georreferenciados y el análisis comparativo con otras experiencias normativas. Todo el proceso fue acompañado por un equipo interdisciplinario que integró arquitectos, abogados, diseñadores y especialistas en ciencias sociales.
Patrimonio vivo, comunidad activa
Uno de los ejes centrales del proyecto es la participación comunitaria. Las escuelas no son museos: están vivas, en uso, y su conservación debe pensarse desde esa vitalidad. Por eso, la propuesta incluye la creación de inventarios digitales abiertos, comisiones asesoras con participación vecinal y actividades educativas que vinculen a estudiantes con su patrimonio.
Además, se propone articular esta normativa con los ODS, especialmente el ODS 4 (educación de calidad), el ODS 11 (ciudades sostenibles) y el ODS 13 (acción por el clima). De este modo, se reconoce que conservar el patrimonio no es solo una cuestión de memoria, sino también de futuro.
Una propuesta replicable
El modelo desarrollado en Rivadavia puede ser adaptado por otros municipios de San Juan y del país. Su valor radica en su enfoque integral, que combina diagnóstico técnico, marco legal y activación social. En tiempos donde la sostenibilidad es un imperativo global, proteger nuestras escuelas centenarias es también una forma de construir resiliencia, identidad y sentido de pertenencia.
(*) Investigadores del Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat (IRPHA), Unidad de Doble dependencia UNSJ / CONICET.


