Revista La U

El Volponi y sus monitoreos en Vaca Muerta

Imagen suministrada por el IGSV

Por Fabián Rojas

   El Instituto Geofísico Sismológico “Ing. Fernando S. Volponi” (IGSV), ese lugar de investigaciones geofísicas y geodésicas, de estudios de la génesis de los terremotos, de procesos que suceden en el interior de la tierra haciéndola temblar o levantando montañas, el que está ubicado frente al Jardín de los Poetas, de Rivadavia, tiene desde 2014 estaciones instaladas en Vaca Muerta, Neuquén, para monitorear sismicidad. En ese año comenzó con doce; actualmente, y desde 2021, monitorea la actividad sismológica de aquel sitio con una red de 24 estaciones.

Dr. Francisco Ruiz: «Hacemos guardia las 24 horas de los 365 días del año buscando la actividad sismológica que hay en la región».

   Los datos del monitoreo hoy llegan al Instituto con la velocidad de estos tiempos. El Dr. Francisco Ruiz, director del IGSV, Unidad dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de San Juan, dice que en 2014, cuando comenzaron a operar con las estaciones instaladas allí, debían viajar a Vaca Muerta cada cierto tiempo, tal vez cada seis meses. “Pero ahora esas estaciones transmiten en tiempo real, hacemos guardia las 24 horas de los 365 días del año buscando la actividad sismológica que hay en la región”, señala.

Sismicidad y control

   La misma actividad extractiva de Vaca Muerta genera movimientos en la tierra. De allí, la necesidad de estudios sismológicos y las estaciones en red. “Con eso hacemos el monitoreo de cómo es la sismicidad, movimientos que se localizan diariamente en la zona de extracción de hidrocarburos en forma no convencional. Las estaciones sismológicas instaladas en el Centro de la Cuenca Neuquina son permanentes, en su mayoría de banda ancha con transmisión en tiempo real al Centro de Proceso de nuestro Instituto”, explica la Dra. Silvina Nacif, coordinadora del área de Sismología del IGSV.

Dra. Silvina Nacif: «Las estaciones sismológicas instaladas en el Centro de la Cuenca Neuquina son permanentes, en su mayoría de banda ancha con transmisión en tiempo real al Centro de Proceso de nuestro Instituto».

   Luego indica que esos sismómetros son sensores que se ubican sobre roca firme o, en el caso de sedimento, sobre una base de cemento, y después son orientados y nivelados para su correcto funcionamiento. “En general, se usan cámaras sépticas para el resguardo del sensor y cajas de chapa para el registrador, es decir, el sismógrafo, y para las baterías usadas en el sistema de alimentación de la estación sismológica y el sistema de transmisión de datos”, refiere la también investigadora adjunta del CONICET.

   En áreas de explotaciones, la sismicidad puede ser disparada principalmente por actividades como extracción y almacenamiento de hidrocarburos (Vaca Muerta), explotación de shale gas, explotación de energía geotermal, operaciones mineras, recuperación de dióxido de carbono y presas.   

   De esta manera, el objeto en Neuquén es el control de eventos. “En esa zona se explota la formación de manera no convencional, por lo tanto, se generan perforaciones que permiten romper la roca madre para poder extraer el gas y el petróleo. Por ello, monitoreamos la actividad sismológica mandando informes a las autoridades competentes para dar cuenta del estado de la sismicidad, insisto, las 24 horas de los 365 días del año”, remarca el Director del IGSV.  

Romper la roca

   Vaca Muerta es una roca madre que tiene poros que no están comunicados entre sí y que contienen gas y petróleo. “Al no estar comunicados los poros y la roca tener una granulometría muy pequeña, lo que hacen las empresas luego de perforar unos tres kilómetros hasta llegar a esa formación, es inyectar agua a presión. Esto es lo que se llama fracking, una fracturación hidráulica. Se rompe la roca y en sus grietas se inyecta arena para que, cuando se alivien las presiones, esas grietas no se cierren. Así quedan los poros abiertos para extraer gas y petróleo”, apunta Francisco Ruiz.

Torre de perforación petrolera (imagen suministrada por el IGSV)

   Este proceso es lo que se conoce como no convencional porque demanda romper la roca. Lo convencional es el método en que simplemente se llega a una roca porosa y se extrae de ella sin romperla.  

No superar el umbral

   “Como se inyecta presión hidráulica en el interior de la Tierra, esas fuerzas podrían afectar las presiones tectónicas normales, pero las empresas evitan superar un umbral de sismos. De todas maneras, hacemos un feed back con las empresas para controlar esa inyección hidráulica”, especifica Francisco Ruiz.

   La sismicidad generada por la inyección hidráulica genera microsismos que con magnitudes que van desde negativas hasta magnitudes de 1.5. Pero incluso en esa negatividad, hay sismicidad. “La escala de magnitudes es logarítmica, y los equipos son tan sensibles que son capaces de detectar logaritmos negativos, es decir, cantidades muy pequeñas de energía liberada. Nuestra red monitorea toda la sismicidad en Neuquén, incluidos eventos más grandes que pueden tener origen tectónico”, detalla el investigador.

El Instituto Volponi también tiene otras redes sismológicas en el sur de Mendoza, en otras zonas de Neuquén, en San Luis. Y cuenta con estudios geofísicos y geodésicos en todo el territorio argentino, por lo que se mantiene, desde el año de su creación en 1954, a la vanguardia de la investigación a nivel mundial.

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