Editorial
por: Benjamín Kuchen
Rector de la UNSJ
Presupuesto:
la educación superior
no es prioridad
El Parlamento Nacional hace ya unas semanas aprobó el presupuesto nacional alcanzando un valor total de 77,6 mil millones de pesos. De ese total, 2,36 mil millones corresponden al presupuesto universitario nacional, lo que representa
aproximadamente el 3%. Expresado en términos del Producto Bruto Interno de Argentina el presupuesto universitario no llega al 0,5 % del mismo, cifra que a todas luces es muy baja. Esto queda en evidencia cuando se lo compara con valores históricos de Argentina, o bien con valores actuales de países vecinos como es el caso de Brasil,
cuyo porcentaje de comparación con el PBI alcanza el 0,9 %. Países con un nivel de
desarrollo mayor alcanzan valores del 2 % en la misma comparación.
Estos guarismos dejan al descubierto el lugar que se da a la educación universitaria
en Argentina. Indudablemente esta valoración se contrapone al discurso sobre el
mismo tema. Se afirma oficialmente que vivimos la sociedad del conocimiento y que la universidad constituye el motor de cambio principal para nuestro país. Se demanda a la universidad una mayor vinculación con la sociedad para dar respuesta a problemáticas sociales y productivas. Sin embargo sabemos que las cifras de un presupuesto no hacen más que reflejar las políticas propuestas y que el propio presupuesto es en sí una herramienta política. Evidentemente lo que surge del análisis es que la educación superior no constituye una prioridad, por lo menos en el sentido que esperábamos. En honor a la completitud sí debe decirse que el presupuesto de fondos a competir en el área de Ciencia y Técnica fue fuertemente incrementado. Si bien las universidades perciben parte de este presupuesto, llega a las mismas por otra vía y es usado exclusivamente para el desarrollo de la investigación.
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) elaboró en octubre de 2004, con mucho
esmero y cuidado, un presupuesto que, además de introducir una recomposición
salarial, ponía énfasis en los rubros de funcionamiento y becas para alumnos con el
objetivo de apuntar a que la Universidad juegue el rol protagónico que se le demanda. Esta propuesta fue consensuada con la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), pero finalmente los legisladores aprobaron a pie juntillas la propuesta del Ejecutivo. Algunas universidades recibieron a último momento un monto adicional, hecho que fue denunciado por el CIN como un acto de injusticia y que pone en tela de juicio los propios objetivos del CIN.
En el aspecto salarial, el presupuesto no se ha incrementado. Se afirma que a través
del superávit fiscal, estimado en unos 20 mil millones para el 2005, este aspecto
podrá mejorarse en el transcurso del año. En realidad, esperábamos un compromiso más firme.
Ante un panorama no tan claro, los deseos de un buen próximo año se deben conjugar
con una actitud de permanente atención.
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